A combos, patadas y disparos terminó la final del Campeonato de los Barrios entre Santa Teresa y San Juan, suspendida cuando San Juan ganaba 2-1. La final seguirá en la justicia porque la Fiscalía recibió dos denuncias por amenazas y disparos por arma de fuego en la zona de camarines. Diego Ramírez, gerente de la Corporación de Deportes, advierte que los recintos municipales no están disponibles para los clubes que participen en esta violencia.
La noche parecía perfecta. Buen tiempo, estadio lleno –pagaron 560 personas-, familias con niños y las barras encendidas. El preliminar entre Santa Teresa y Feminicity se solucionó rápidamente por la superioridad del Deportivo Santa Teresa, que goleó 4-1 a sus rivales, con tres goles de Francisca, la goleadora del campeonato y estrella del torneo.
El plato fuerte era el partido de fondo. La gran final de los barrios, un torneo con más de 50 años de tradición. Santa Teresa contra San Juan, dos clásicos del fútbol local. Empezó ganando Santa Teresa, impulsado por su afición pero San Juan empató y consiguió remontar en una preciosa jugada colectiva.
Hasta ahí era una final jugada a cara de perro, dura y con mucha fricción siempre dentro de los límites de una final de barrios. Pero los ánimos se calentaron dentro y fuera, hasta que llegó el escándalo.
El detonante fue la expulsión de Víctor Ramírez, el técnico de Santa Teresa, por insultar reiteradamente al árbitro Víctor Cornejo. Ramírez intentó agredir al cuarto árbitro antes de salir de la cancha. Cornejo, rancagüino, es árbitro profesional de la ANFP. Corría el minuto 32 del segundo tiempo.
Todo Vale
Dos minutos un incidente entre dos jugadores provocó la pelea, primero los empujones, combos, y patadas de Todo Vale entre los jugadores. Inmediatamente saltaron a la cancha los primeros barristas. Un hombre de camisa blanca a cuadros se lanzó a la pelea y sacó una buena cuchilla que brillaba con los focos. Otros barristas y jugadores intentaban frenarlo.
De todos lados saltó gente a la cancha sumándose a la pelea, que seguía a todo ritmo. Un futbolista de San Juan cayó y fue pateado en el suelo. Un futbolista de Santa Teresa se fue hacia Cornejo, el árbitro, que corrió a esconderse detrás de un arco mientras su agresor era controlado. Por el otro lado, la pelea seguía hasta la zona de camarines.
Alejandro Brito, presidente de la Asociación de Fútbol, y parte de la organización del campeonato de Barrios, que este año estuvo a cargo de una comisión integrada por los clubes participantes, dice que lo que pasó fue “deplorable, algo que no habíamos visto nunca en los más de 50 años de este campeonato. Habíamos tenido problemas pero nunca a este nivel. Fue deplorable, absolutamente deplorable”.
El informe del árbitro habla de la invasión de las dos barras a la cancha, del intento de agresión y amenazas recibidas del técnico de Santa Teresa, y posteriormente del otro intento de agresión. “Era el numero 9 de Santa Teresa pero no recuerdo el nombre, dice Brito”. Santa Teresa había protagonizado incidentes hace dos años cuando fue eliminada del torneo.
Mea Culpa
El presidente del fútbol local asume su responsabilidad: “Como organización tenemos que hacer el mea culpa que a lo mejor nosotros no le tomamos el peso necesario ni tomamos las precauciones necesarias y debimos haber contratado seguridad. Carabineros no estaba presente en el lugar en ese momento porque compartía la seguridad con otros eventos como el Champion de Rancagua”, explica.
Brito informa que la Asociación también se hará parte dela denuncia que investiga la Fiscalía regional contra quienes resulten responsables. “Queremos que se llegue hasta las últimas consecuencias porque esto no nos puede volver a pasar, no nos podemos quedar parados, y vamos a hacernos parte, a pesar de que solo nos compete lo que pasó hasta que el árbitro paró el partido”.
El parte policial registra dos denuncias, ambas por amenazas. Una entre dos mujeres por una pelea ocurrida dentro de la cancha durante la invasión del campo. La otra contra el presunto autor de disparos en la zona de camarines pasada más de media hora del comienzo de los incidentes.
La denuncia hecha en Carabineros y notificada también a la Fiscalía, es contra una persona que habría hecho los disparos y escapado en un jeep, marca Kia. La policía fiscalizó otro vehículo, un Mercedes Benz, sin encontrar indicios de que hubiera participado en algún delito relacionado con el incidente.
El rechazo
El escándalo ha producido indignación y rechazo absoluto entre las autoridades y aficionados que ven como la violencia se apodera de un espectáculo donde se había conseguido reunir a la familia en el fútbol. Todo eso puede irse a la basura.
Diego Ramírez, gerente de la Corporación de Deportes de la Municipalidad quiere ser muy claro: “rechazamos absolutamente lo que pasó. Creemos que no hay ninguna justificación para que en un espectáculo como éste se produzca esta violencia”. La autoridad municipal que administra los recitos deportivos advierte que “habrá que revisar lo que pasó, porque los que quieren participar en nuestros recintos no pueden comportarse de esta manera. No sé si se les debería facilitar los estadios”