El SOÑADOR Y EL LOCO DE LAS FLECHAS

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“Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad”

Había una vez, un joven con un sueño ¿tú tienes uno? Todos tenemos o nacimos con algo que enciende la llama de los ojos y aceleran los latidos de tu corazón al momento de pensar en ello, tus sueños. Los que no te dejan dormir por las noches y te despiertas con ellos cada mañana. Lamentablemente mediante uno va creciendo lo que te aceleraba comienza a menguar, por el fantasma de lo cotidiano, pero tranquilo que somos varios que nos ha pasado, querido es tiempo de indagar por tu interior e ir a rescatar tus sueños. Te costara y puede que el precio sea alto, ya que quizás tendrás que renunciar a ciertas cosas. Pero ya tus mañanas serán distintas por la razón que amanecerás con ese ímpetu de salir a provocar ese sueño acercándote cada día un poco más, eso te traerá paz contigo mismo. Una de las grandes causas de la depresión, es precisamente por la falta de un sueño, de un propósito o sentido por la cual despertar cada mañana.

Hay tres tipos de personas. Están los que no les llego la tarjeta de invitación de la vida, están los que no saben por qué respiran y están los visionarios, esos que salen a provocar hasta que suceda.

Había una vez un joven que tenía el sueño de convertirse en el mejor lanzador de flecha del mundo y un día este muchacho toca la puerta de quien era el mejor del mundo en ese entonces. ¡Toc..toc! Y abre la puerta el maestro, el joven le dice: ¿quiero ser el mejor del mundo? Y el maestro responde: Bien, pero deberás primero subir aquella colina y cazar la luna con tu flecha. El joven de vuelta a su cada muy frustrado tan solo diciéndose ¿Cómo lo hago? Es imposible, pero aun así no claudico, al contrario, tomo su equipamiento y subió la primera noche, luego una segunda, tercera y así hasta por muchas noches, con luna llena o sin ella, subía igual y lanzaba porque sabía que de igual forma estaba ahí. Sus vecinos de daban cuenta de lo que estaba haciendo el joven cada noche mofándose llamándole “el loco de las flechas” pero su persistencia lo hizo ir cada noche a esa colina, sin importar el cansancio, el qué dirán y soportando las heridas de esa colina que le dejo. Pasaron los meses y suena ¡Toc..toc! Era el joven a la puerta del maestro otra vez y le dice: ¡maestro no lo logre! Y el maestro le dice: Bien ahora sí que te has convertido en el mejor y en un imbatible arquero. Se presento al torneo mundial y nadie pudo con el joven soñador. Sin darse cuenta el joven toco la luna. Y tú ¿tienes un sueño?

Estoy seguro de que Dios puso algo en ese corazón por lo cual late o ya ha dejado de latir, de ser así, quizás es momento de una decisión e ir por ello y recuperar lo perdido. Regálate la honestidad contigo mismo, aunque esta te corte las piernas, pero es el camino que has decidido tomar y esa paz que comenzaras a sentir será el escudo para los dardos del enemigo. Enfócate, abraza y no sueltes ese sueño. Si quieres emprender vuelo, no dejes que lo común te corte las alas, por muy grande o pequeño que sea tu sueño, si en el trayecto te comienzas a fatigar te recomiendo que dobles tus rodillas a quien puso ese sueño en ti, en el encontraras nuevas fuerzas, porque él lo hace con quienes hacen y le dan un buen uso a los dones y talentos que puso en tus manos. ¡Que estallen!

Adorna y cuídalos como una flor y anda con ellos aun con ramas secas, aunque recibas las críticas de quienes adornan con flores de papel. Pero tú, se consistente, persevera, cultiva, riega y poda ese sueño, que dada la hora esa flor dará su fruto, así compartirás algo fresco, sólido y consistente. Fecunda tu mente en la semilla del espíritu y tu cosecha será de otro mundo.

Querido también involucra en ellos por sobre todo a Dios, a tus padres, pareja y quien sea, pero involucra a los que te aman de verdad, ellos serán tu piso para construir, serán tu respaldo cuando nadie crean en ti y te sostendrán cuando el cansancio te mande a la lona. No te sientas solo. Nunca tendrás mejor respaldo con tus sueños, que quienes te aman de verdad.

Aunque parezca que demora en llegar, espéralo; porque es seguro que llegará y no tardará. – Dios

Había una vez un joven que sembró en lo eterno y cosecho la realidad de él.

Nicolas Aranda – comunicador