“No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos e internarlo.”
Jean Paul – Marat
Si, el fracaso tiene un precio y tú le pones el valor. El fracaso enseña lo que el éxito nos oculta, una de las mayores frustraciones del hombre es el fracaso, ¿a qué? A lo que tú creas que sea importante. Pero luego de fracasar tienes dos opciones, quedarte ahí pagando el precio costoso o haces que el fracaso te pague a ti. Es muy diferente “ser fracasado” que “haber fracasado”
Según lo que dicta la neurociencia, el cerebro del fracasado almacena o revive eventos traumáticos, frustraciones, experiencias y adversidades que han terminado formando parte de sus emociones, pensamientos o sistema de creencias. Una creencia es la que asumimos, esperamos o creemos con certeza de que “eso” es verdad. Las creencias influyen en los objetivos, propósitos y metas. Las creencias configuran tus compartimientos, estos tus resultados y los resultados terminan confirmando tus creencias o la creencia.
Entonces, ¿Qué estas creyendo?
Déjame contarte una historia, un comandante SAEL de los Estados Unidos, no cumplió con las tareas físicas que se le demandaba, siempre llegaba último y sobre todo a las pruebas de nado. Esto significó vergüenza y sentirse fracasado. El instructor de ese momento lo anotó en su lista negra, al estar en esta lista pasaba de forma directa al famoso “CIRCO” lugar de dolores, que significaba dos horas diarias adicionales de entrenamiento físico. La idea del circo era de quien pasara por ahí, abortara misión. Este soldado comenzó a notar que, con el tiempo, a pesar de no tener el descanso de los demás y el dolor que este significaba, se estaba volviendo más fuerte. El soldado se propuso NO abortar e ir cada día al circo, esa determinación lo estaba volviendo más fuerte de forma física y mental, lo que comenzó como castigo lo estaba volviendo fuerte, rápido, tenaz y confiado, mientras otros cadetes renunciaban por no aguantar el dolor temporal, pero este tipazo decidió que el fracaso y el temible circo, no lo iban a derrotar. Luego de días tuvo su prueba final para recibirse como un oficial, la prueba era de 8 km de nado en mar abierto, cuando luego de 4 horas llega al lugar de destino y cae en la arena sin ver a nadie, vio que había fracasado una vez más, pero cuando de pronto ve un par de botas negras del mismo quien lo llevo al circo, ahora le daba honores, por ser el primero en llegar y por lejos. Le dijo: “Bien hecho caballero, parece que el dolor y el sufrimiento adicional tuvieron recompensa”
Querido, en la vida fracasamos y pasamos por circos y habrá que pagar con dolor y sufrimiento, pero si perseveras y permites que te sirva de lección y fortaleza, estarás en mejores condiciones para tu próximo desafío. En el fracaso hay dos tipos de actitudes, están los que se quedan en el sufrimiento y desarrollan comportamientos destructivos para su alma, cuerpo y mente, o están los que han renacido y se han fortalecido gracias a esas circunstancias.
Es imposible evitar el circo, todos llegamos ahí en algún momento, pero como entramos, también tenemos la posibilidad de salir del fracaso y sufrimiento, como también es posible que Dios sea tu aliado y saque fuerza de esa debilidad, y te catapulte para tu renacimiento.
Hay momentos donde la lluvia solo viene a revelar sobre donde has construido tu vida y si es en el lugar incorrecto, puedes volver a reconstruir, pero ahora sobre un cimiento distinto, Jesús.
Querido, si estas roto o la vida te hizo pedazos, él te reconstruye por dentro dejándote intacto e inquebrantable y de una sola pieza, como aquel alfarero lo hace con su vasija rota. Entrégale una vida fracasada y ordinaria a Dios y te devolverá una extraordinaria y con sentido.
Por cada fracaso, sufrimiento y dolor, miraras hacia atrás y dirás, él estuvo ahí. Miraras hacia el frente y él también va a estar ahí. Entonces, no hay de que temer. ¡Ahora deja que el fracaso trabaje para ti
Nicolas aranda, tu amigo.
Comunicador.