Alcalde Urrutia: “Quiero que me recuerden por ser el que le cambió la cara a Machalí”

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Es el último día de enero y el alcalde de Machalí, José Miguel Urrutia, mira por la ventana de su oficina a la Plaza de Armas de la comuna. “Ha pasado mucho el tiempo” dice. “Antes me subía a esos árboles a pelusear y hoy la miro desde el frente”.

Sus años de juventud, donde subía estos árboles, quizás son los mismos de los que lleva al mando de la municipalidad, que al finalizar esta gestión ya serán 12, cantidad que se iguala con el proceso escolar de kínder a cuarto medio.

El Machalí del 2008, año en el cual llegó al sillón municipal, era totalmente distinto al que es hoy. Este crecimiento José Miguel Urrutia se lo atribuye a la gestión a largo plazo, la cual con orgullo señala que está posicionado en los primeros lugares en gestión a nivel nacional.

Las entrevistas que daba el 2008 no eran inmediatas y no todos podían informarse de sus declaraciones. Hoy eso es distinto, plantea. El edil de Machalí sabe que la exposición pública, la rapidez y múltiples efectos de las redes sociales han hecho que sus palabras, acciones y no acciones estén puestas en el tapete público. El militante UDI lo sabe, y en conversación con “El Machalino” se sincera.

 

Es el tercer periodo como alcalde. ¿En qué momento de su vida está? ¿Cómo enfrenta la responsabilidad de ser la autoridad máxima de una comuna que crece cada día más?

– Mucho más maduro. Estos largos años al mando de Machalí me han dado otra perspectiva del trabajo que hago, aprendo cada día más. Ha sido un largo proceso de madurez, el cual me ha permitido tomar decisiones más sensatas. Siempre con la presión de no fallarle a la gente que ha depositado la confianza en mí en estas últimas elecciones (…) no le puedes fallar a personas que a pesar de la desconfianza política que hay, salieron de su casa y vieron en mí un líder. Creo que he logrado responder a eso de muy buena manera.

¿Qué es lo que más le gusta de Machalí?

– Mi comuna es maravillosa. Disfruto mucho de cabalgar con amigos en la cordillera. Conozco cada rincón de esta comuna. Me gusta ir a relajarme a Coya y Chacayes, lugares mágicos que te ofrecen una desconexión que te permite disfrutar la calidez de gente muy sencilla.

¿Le incómoda la exposición que genera ser una persona pública?

– De repente es muy complicado. La gente se acerca a preguntar cosas en todos lados, en filas del supermercado, cuando salgo a hacer deporte, cuando visito la cancha. Uno siempre presenta la mejor disposición a escuchar, por eso que la labor del alcalde no es tan fácil, hay muchos sacrificios familiares, personales y amorosos, entre muchos otros.

¿Cómo cuáles?

– A tus hijos los ves crecer, pero no estás con ellos en ese momento. Con la familia debes declinar los almuerzos dominicales o los cumpleaños. De todas maneras estoy muy agradecido de ellos, porque han entendido la labor que se hace y el amor que siento por Machalí, que en muchas ocasiones me hace dejar importantes problemas a segundo plano. A pesar de eso me considero un hombre normal. La gente piensa que somos robots, tengo días malos como todo el mundo. Y me alegro de las buenas noticias, de los resultados de mi equipo favorito. Por ejemplo este año me propuse ir a la mayor cantidad de partidos del O’Higgins.

Las últimas elecciones municipales las ganó por un margen muy estrecho. ¿Tuvo miedo?

– Mucho. Antes de las elecciones estábamos confiados de que los comicios los ganaríamos sin contrapeso importante, por eso no nos preocupamos mucho de la campaña, creíamos en lo que la gente nos decía en la calle. A medida que la tarde avanzaba y se iban conociendo el conteo de votos, me puse muy nervioso, y bueno, finalmente se dio lo que estaban en los pronósticos de todos, un triunfo de este gran equipo

Pero solo fue por algo más de 400 votos…

– Las elecciones son así. Imagínate que en algunos casos la diferencia fue de menos de 10 votos, incluso hubo hasta empates. En el caso de Machalí, fue lamentable que mucha gente no haya ido a votar. De todas maneras el rival de este año fue bastante complicado, nos puso en aprietos aquel día.

¿Habló con Juan Carlos Abud tras conocerse los resultados?

– No. Y me molestó mucho su actitud, creo que fue un mal perdedor. Ni siquiera fue al cambio de mando, es decisión personal, pero pudo haber sido de mejor manera. De todas formas debe haber hecho un gran trabajo para lograr la cantidad de votos que sacó.

Se sumaron dos nuevas personas al Concejo Municipal ¿Cómo han sido los primeros meses de un nuevo ciclo de concejales?

– Hasta el momento en los concejos se han tratado temas muy interesantes para la comuna. Más que hacer relación con los concejales, ellos deben fiscalizar y preocuparse de problemas importantes. De repente hay muchas críticas que carecen de argumentos. Se piensa que la plata se debe sacar de algún lado y la verdad que el presupuesto es muy limitado. A uno siempre le gustaría mejorar las cosas rápido, pero de repente no están los recursos.

¿Está pensando en un cuarto ciclo el mando de la comuna?

– Lo estoy analizando. Me costará mucho dejar el puesto de alcalde. Pero uno tiene que fijarse plazos y metas. Me siento muy bien actualmente y creo que la pega la he sobrellevado de excelente forma. Probablemente postule. También hay algo de superación personal. Eso lo veremos el 2018.

¿Se entusiasma con algún puesto en el parlamento?

– No lo descarto. Hablaremos de eso el 2018.

En caso de que no estuviera al mando de la comuna. ¿A quién le gustaría como alcalde?

– Ya tengo claro quiénes son las personas que le harían muy bien a Machalí y que cumplirían de buena manera.

¿Nombres?

– Te los digo el 2018.

¿Qué es lo más complicado que le ha tocado vivir como alcalde?

– Sin dudas que todo lo que pasó con el famoso caso Caval. Para mí fue una pesadilla. Gente de la Municipalidad no se comportó de buena manera, y tuvimos que tomar las decisiones lógicas. Se me hizo un daño muy importante a mi imagen, que afortunadamente el fiscal desestimó porque nunca estuve metido en nada malo.

¿Le hizo mal el caso Caval a la imagen de Machalí?

– Yo creo que no. Le hizo daño a la imagen del alcalde, pero no a la comuna. Pienso que a Machalí lo puse en la palestra en todos lados y nos hicimos conocidos en el mundo, pero no en el caso personal (…) en un momento todos me apuntaban con el dedo por cosas que nunca existieron.

¿Cómo le gustaría que los machalinos lo recuerden cuando deje ser el alcalde?

– Me encantaría que me recordaran por ser una persona que le cambio la cara a Machalí. El estatus de la comuna es muy distinto al que tenía antes del 2008. Que me recuerden como uno de los gestores de aumentar y cubrir las necesidades de los habitantes, de erradicar los campamentos, de mejorar el consultorio, tener un presento deportivo extraordinario con el polideportivo y con los buenos resultados que entregan nuestros deportistas. Y obvio, como alguien que ama Machalí.

¿Qué cosas le quedan por hacer? ¿Cuál es la autocrítica de los periodos como alcalde?

– Toda persona siempre se queda con la sensación de que se pudo hacer un poquito más, pero la verdad es que estoy muy tranquilo con lo que ha hecho. Sigo teniendo mucho sueños, como el de tener una comuna muy limpia, con muchas áreas verdes, pronto quiero llenar la comuna de flores. Todo esto en el ámbito de lo humano. Pero también hay problemas que urgen y que se van a solucionar pronto, como la descongestión vehicular

¿Revisa las redes sociales?

– Las reviso mucho. Me informo de muchas cosas por ahí, pero así como son útiles, también tienen una serie de problemas. La gente explota ahí, y en muchas ocasiones lo hace desconociendo toda la información u opinando sin argumentos, pero la verdad que no me las tomo muy en serio. Cuando hay críticas constructivas se aceptan, pero hay otras que son muy descabelladas.