- El Departamento de Educación ya trabaja en una investigación que sospecha de anomalías dentro del recinto.
“Tía, la niña mordió el cargador enchufado, hay que tener más ojo. Y a ti, ¿te pagan por ‘sapa’? “. Cuando una de las profesionales que se desempeñan en el Jardín-Sala Cuna San Juan de Machalí, respondió esto, luego de que una menor de dicho recinto estuviera por un tiempo indeterminado mordiendo el cable de su cargador celular enchufado sin usar, al alcance de los menores.
Según cuenta una de las apoderadas, que prefirió no identificarse, los ánimos empezaron a caldearse. Luego del acto, la involucrada en un problema que pudo terminar de la peor manera con una descarga eléctrica contra la menor, siguió su transitar por el interior sin reconocer la falta.
La delicadeza de un tema que podría afectar a menores es algo que se toma con mucho cuidado al interior del jardín, es por esto que los acercamientos a la tratativa del tema se han informado de manera anónima ante la incertidumbre que genera la controversia.
Esta relación entre apoderados, personal del recinto y administrativos no era de las mejores luego de supuestas negligencias de parte del personal del establecimiento pre-escolar.
Este desgaste en la relación abrió el temor al surgimiento de nuevas irregularidades dentro del jardín, una de las razones por las cuales el tema se dio a conocer y el cual hoy es investigado por el Departamento de Administración de la Educación Municipal (DAEM) el cual consultado por “El Machalino” reconocieron la existencia de la problemática y señalaron que ambas partes han mostrado su voluntad a la investigación del tema.
LA NAVIDAD DE LA DISCORDIA
Aparte del temor ante posibles descuidos de los menores, problemas económicos marcaron las primeras discrepancias entre apoderados y el Jardín Infantil. En eventos especiales como Navidad, los regalos que se compraban a los menores eran de un valor menor al previamente acordado.
A pesar de que la directiva estaba constituida, el dinero recolectado tanto en actividades como pagos al establecimiento, era administrado por gente del jardín. La confianza que sentían en personas profesionales, hacía que los apoderados descuidaran de posibles malas prácticas. Algo no andaba bien, en la actividad navideña, las profesionales del jardín no participaron de la entrega de premios, eran los propios apoderados los que llamaban a sus niños para hacerles entrega, de fotos ni hablar.
DIAGNÓSTICOS ERRÓNEOS
Normal es que en los jardines infantiles, que en el momento de notar algún problema de salud de los menores, se haga el respectivo llamado a los padres para retirarlos del recinto. Esta práctica se hizo en algunos niños, eso sí, en algunos casos estos diagnósticos eran equivocados. “Al momento de que el niño regresaba al hogar nos dábamos cuenta de que no tenía absolutamente nada” señaló un apoderado a “El Machalino”
Dentro de un jardín-sala cuna, existe un tiempo para que los menores duerman la siesta, pero que no impide la supervisión de las profesionales, las cuales deben turnarse para en este lapso de tiempo utilizar su hora de colación. En anónima denuncia a “El Machalino” responsables de menores señalaron que en muchas ocasiones, las tías, salían a almorzar todas al mismo tiempo. “Los niños en la hora de siesta estaban solos” comentó una de las afectadas.