“El camino del infierno parece un cielo”

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Un día común y corriente en Corea y los clientes de un bar intentan no prestar atención al ruido de la ciudad y al ruido de los diversos medios de comunicación. Todo parece ser habitual y normal por las calles de Corea, menos para uno, que mira su teléfono móvil y entra en pánico debido a un temporizador que avanza inexorablemente hacia cero. La normalidad de ese día se ve trastornada con la aparición de tres monstruo y colosales criaturas, que salen a perseguir al hombre aterrorizados con su teléfono. Tras reducirlo a muerte y sembrando el pánico en la ciudad por medio de estas tres bestias, lo reducen a cenizas y se van. Y una voz de un líder misterioso se abre paso afirmando que estas tres criaturas son mensajeros de Dios enviado a la tierra para castigar a los pecadores. En poco tiempo la ciudad se convierte en víctima de la psicosis colectiva viviendo con el pánico, de que el próximo podrían ser ellos. 

Rumbo al infierno es una odisea del concepto del miedo y la impotencia, la relación entre lo humano y lo divino, entre la religión y el mundo. Vemos la esclavitud de la persona dentro de una sociedad moderna, y la extraordinaria capacidad de manipulación emocional que el mundo actual puede crear. Y Todo esto es una simple coincidencia con la vida real ¿no?

Querido si hoy en día no eres esclavo del sistema y no logran manipularte emocionalmente te mandan rumbo al infierno ¿No te ha pasado? Parece ser que estamos dentro una sociedad que te manda al infierno mientras no encajes con ellos, si no sigues ciertos patrones, no piensas y no vives como ellos, si comes distinto, si piensas diferente, si crees en algo diferente al resto y si no cumples con todo esto y mucho más te mandan directo al infierno. 

Y mientras vamos rumbo al infierno aparecen los grandes protagonistas: El miedo, el pánico y la desesperación. Ya no sabes cómo enfrentar el día y mucho menos el mañana. Por la razón de que para ellos tu no cuadras, que para ellos eres pecador, que para ellos no vales la pena, siempre ellos querrán mandarte al infierno, es lo que provoca la uniformidad y la cautividad mental. Todos en algún momento caemos en un tipo de infierno, un lugar sin salida, oscuro y donde todo se torna gris. Estamos dentro de una sociedad que estigmatiza, te mide y donde las creencias las trasforman en leyes, se dice que somos libres, pero actuamos como dictadores. Lo vemos dentro de la religión, en un estilo de vida, de modas, filosofías, etc… Si no cuadras con las normas y leyes, ellos se encargarán de que vayas rumbo infierno del alma.

Si te encuentras en ese infierno o vas rumbo a él, necesitas saber que tu estas echo de forma diferente, que dentro tuyo hay un espíritu diferente y que puede marcar la diferencia. Señores y señoras hay esperanza. El creador del cosmos, quien te esculpió de forma única y diferente, El mismo se encarga de remover cielo, mar y tierra para sacarte de ese lugar oscuro y sin salida, te levanta y limpia el polvo de tus caídas, cura las heridas creadas por el rechazo y el egoísmo y seca las lágrimas que el miedo y la impotencia sacaron. 

Querido, no te amoldes al mundo actual, renueva tu forma de pensar una y otra vez. Cuando te quieran meter en un molde, rompe ese molde y no es ser “NIÑO REBELDE” es que tu estas echo de forma diferente. Con el tratar de que te amoldes muchas veces nos enseñaran la imagen de un lindo camino, pero que a la más mínima te mandan al infierno. Jesús ofrece un camino, no siempre es lindo, a veces se torna gris, pero vives con un gozo y paz en el alma aun en medio de esos infiernos del alma y ese camino tiene pasaje en la aerolínea de lo eterno. Y termino con esto, me gustaría que estas palabras las grabes a fuego en tu corazón. 

Tenía miedo y dije: “Dios no puede verme”. Pero cuando implore su ayuda ¡Él me escucho!

Cuando ellos te manden rumbo al infierno, él te rescata para llevarte a lo eterno. No prestes más atención al ruido del sistema, eleva tus ojos al cielo, que tu comenzaras a dar una un sonido diferente con una preciosa melodía. Pero nadie te puede mandar al infierno.

Se despide tu amigo, Nicolas Aranda.