Sobreviviendo por momentos

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“En esta vida importa más la dirección a la que vas, que la velocidad”

Mientras estaba en una cafetería me topo de frente con un cartel que decía: “LLENA TU VIDA DE MOMENTOS” me quede pensando en aquella frase y ¿de verdad queremos más momentos en el día? ¿necesitamos más momentos o una experiencia que nos llene? ¿de qué momentos estamos llenando nuestras vidas? Son algunas de las preguntas que surgieron luego de ver ese eslogan. 

Los momentos pueden ser buenos y malos, pero son como un destello de luz o una ráfaga de viento que solo dura por un momento. Los momentos son efímeros un momento bueno te puede llevar a brincar en una pata como también te pueden llevar a bucear a las profundidades de la oscuridad de un corazón vacío. Hoy en día el sistema nos ofrece millones de momentos con tal de mantener tu mente ocupada y en estado de alerta, eso no quiere decir que seas productivo con tu día ni mucho menos eficaz. Porque hoy todo es momentáneo te doy un par de ejemplos: relaciones momentáneas, sexo momentáneo, historias de Instagram momentáneas, videos momentáneos, vidas momentáneas, etc. etc. Etc… Y a la larga vivir solo de momentos genera un vacío en nuestro corazón y nuestra alma, que se llena muy rápido como también se vacía muy rápido. Como un recipiente con agua y un pequeño orificio al fondo que por más que lo llenes una y otra vez vas a tener que necesitar con urgencia más agua para que no quede vacío y mientras no veas el problema jamás hallaras la solución. Y eso nos convierte en verdaderos cazadores de momentos, porque sin pequeños momentos no podemos vivir. 

Querido ¿lo que el sistema te ofrece como felicidad realmente cubre el vacío de tu corazón? ¿esas noches de fiestas desenfrenada al llegar a casa te hacen sentir pleno? ¿esas noches de sexo momentáneo te hacen feliz? ¿el hacer y hacer sin productividad para no sentirte vacío te llenan de paz cuando llega la noche y debes recostar tu cabeza? No digo que todos los momentos sean malos. Hay muchos más y buenos. De los malos puedes sacar lecciones, pero lo triste es cuando solo nos conformamos con solo momentos ya que siempre quedará un pequeño vacío en nuestro corazón que necesita ser llenado con algo y eso te someterá a la velocidad del “hacer y hacer” perdiendo la dirección de poder “ser”. Entonces ¿Qué tal si optamos por una experiencia que cubra el alma y llene esos huecos del corazón? 

“una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencia” J. Rusell Lowell

La experiencia penetra tu corazón, te hace ver la vida y caminar de una manera valiente, eficaz y con un hambre voraz, erguido con tu corazón hacia el cielo, con una vista visionaria, pero con los pies en la tierra.

Yo soy el camino, la verdad y la vida. Dijo Jesús. Y el no camino en este mundo para que vivas de momentos, el camino, murió y resucito para que vivas una experiencia junto a él. Donde su gracia, amor y perdón abrazan y besan tu vergüenza, tus caídas, heridas y momentos vacíos.

En la vida llegamos a un punto donde ya estamos harto de correr por aquellos momentos que puedan llenar esos vacíos internos, ya que habrá un límite donde no encontraremos más momentos y que solo necesitaremos acudir a una experiencia real y querido no hay nada más llenador que tener una experiencia eterna y real con Jesús. El vino no para ser un simple acontecimiento, el vino para darte vida abundante y llenarte de paz que sobre pasa nuestra lógica. Tú no eres un momento para él, tú eres su vida, su creación, su sangre, por lo tanto, eres su campeón, su princesa y su experiencia.

Tomate un momento ahora para comenzar una real experiencia de acción y aventura, con altos y bajos, con temporadas buenas y malas, pero con el siempre a tu lado. 

Deja de buscar más momentos si tienes por delante una experiencia eterna que vivir.

 

Nicolas Aranda. 

Comunicador, coach y estudiante de kinesiología.